Transformación social
Aporta tus habilidades para ayudar en la integración social.
La voz de nuestros voluntarios
Después de una larga vida laboral de 50 años, te encuentras que al día siguiente ya no tienes ninguna obligación de hacer nada. Esto, que por un lado puede ser como una alegre liberación, por la otra también es un sentimiento de punto y final de algo… ¿Quizás de inutilidad?
Es por ello que empiezas a pensar a qué puedes dedicarle tantas horas, dónde puedes descargar este sentimiento de fin de ciclo. Como desgraciadamente tanto el país como la sociedad carecen de tantas cosas, rápidamente te viene la respuesta y el voluntariado es seguramente la más agradecida y la que más te recompensa.
Estoy convencido de que prestar la pequeña ayuda de un voluntariado de 2 horas semanales es lo que me mantiene en contacto con lo que importa, y como lo que realmente importa es la gente, por ello poder atender a vuestros tutelados, indudablemente me hace estar despierto y atento a las necesidades reales de las personas.
Hay personas que piden las cosas de manera muy ruidosa y otras que las piden sin palabras.
Este escuchar la demanda silenciosa es lo que siento que debo hacer en cada sesión.
Por eso os estoy agradecido, por esta oportunidad para afinar mi oído y así cada día aprender algo más a conocer mejor a todos los seres que me rodean.
Después de la jubilación creí que podía colaborar con mi tiempo, conocimientos y habilidades en aquellas tareas que ayudaran a ACIDH a llevar a cabo sus actividades.
La experiencia ha sido muy positiva y enriquecedora y me siento plenamente integrada dentro del colectivo.